En 1962, varios miembros de nuestra familia fuimos testigos del "milagruco", ocurrido en Garabandal (San Miguel Arcángel dio la Sagrada Comunión a Conchita González). Ahora, cincuenta años después, esperamos que terminen de cumplirse las profecías de la Virgen. En este blog nos proponemos recoger -en castellano, inglés, francés, portugués, italiano...- algunos mensajes del Cielo a hombres y mujeres de Dios, en nuestros tiempos. Son continuación de lo que la Virgen anunció en Garabandal, entre 1961 y 1965. Si se leen despacio, son fuente de oración, y de amor a Dios y a nuestros hermanos de todo el mundo. Conviene advertir que, mientras caminamos en esta vida, vamos hacia la luz de la verdad a través de sombras e imágenes veladas. Por eso, no podemos alcanzar aún un discernimiento pleno de estos mensajes. Durante el "Aviso" el Señor disipará nuestras dudas e incertidumbres. Para comprender mejor el contenido del blog, se puede leer la página sobre GARABANDAL.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Mensajes (16 dic 2012)

Madonna y el Niño
La Virgen y el Niño
(Francisco de Zurbarán)
1. Maria Divine Mercy (Irlanda)
(The Warning) (El Aviso de Dios)

 12 dic 2012, 11:54 pm (Mensaje de Jesucristo - Reseña) (Traitors of My Holy Word, sent through God’s prophets, will, I solemnly promise, result in the Wrath of My Father — Solemnemente prometo que a los traidores a Mi Palabra Santa, que es enviada a través de los profetas de Dios, les llegará la Ira de Mi Padre)
     Al Señor le entristece que sus Mensajes causen tanta división. En seguida, su Palabra es criticada, puesta en duda y denunciada como herejía. El razonamiento humano, aunque es importante para el discernimiento, tiene poca parte a la hora de reconocer la Palabra. El Señor concede el don de reconocer su Palabra a las almas humildes y sencillas. Esas almas también tendrán que aceptar el Cáliz de sufrimiento de Jesús, que nos aconseja desprendernos de lo mundano y consagrarnos a Él, pues el camino para seguirle es duro y solitario. El Señor nos pide que no respondamos a los ataques, sino que nos mantengamos en silencio. La Voz de Dios reinará en el mundo. Quienes por una parte proclaman la Palabra de Dios y por otra atacan a otros en el Nombre de Dios, no actúan bien y su proceder viene del espíritu del mal. No atacan a sus profetas, sino a Dios mismo. El Señor sufre por todo esto y advierte a los que le atacan que sufrirán un castigo por impedir que la Verdad llegue a todos los hombres. Su arrogancia ofende a Dios, lo mismo que se ambición por parecer hombres inteligentes y con autoridad. Jesús les advierte que les queda poco tiempo para decidir a qué maestro sirven.

* Año de la Fe. Mensaje de Benedicto XVI para la 46° Jornada de la Paz (1 ene 2013)
     Ver un artículo en Vatican Insider, con algunos párrafos especialmente incisivos, en los que el Papa defiende principios fundamentales de la vida humana: el derecho a la vida (contra el aborto), el valor de la unión matrimonial entre un hombre y una mujer (contra el matrimonio homosexual), el derecho a la libertad religiosa (contra los abusos que se dan en muchas naciones), el derecho al trabajo (contra una mentalidad capitalista pragmática), etc. Ver también el Mensajes completo para la Jornada Mundial de la Paz 2013 ("Bienaventurados los que trabajan por la paz").

     «Quien quiere la paz no puede tolerar atentados y delitos contra la vida».
     «Auténticos trabajadores por la paz son, entonces, los que aman, defienden y promueven la vida humana en todas sus dimensiones: personal, comunitaria y transcendente. La vida en plenitud es el culmen de la paz».
     «Quienes no aprecian suficientemente el valor de la vida humana y, en consecuencia sostienen por ejemplo la liberación del aborto, tal vez no se dan cuenta que, de este modo, proponen la búsqueda de una paz ilusoria. La huida de las responsabilidades, que envilece a la persona humana, y mucho más la muerte de un ser inerme e inocente, nunca podrán traer felicidad o paz. En efecto, ¿cómo es posible pretender conseguir la paz, el desarrollo integral de los pueblos o la misma salvaguardia del ambiente, sin que sea tutelado el derecho a la vida de los más débiles, empezando por los que aún no han nacido? Cada agresión a la vida, especialmente en su origen, provoca inevitablemente daños irreparables al desarrollo, a la paz, al ambiente».
     «Estos principios –explica el Pontífice– no son verdades de fe, ni una mera derivación del derecho a la libertad religiosa. Están inscritos en la misma naturaleza humana, se pueden conocer por la razón, y por tanto son comunes a toda la humanidad. La acción de la Iglesia al promoverlos no tiene un carácter confesional, sino que se dirige a todas las personas, prescindiendo de su afiliación religiosa. Esta acción se hace tanto más necesaria cuanto más se niegan o no se comprenden estos principios, lo que es una ofensa a la verdad de la persona humana, una herida grave inflingida a la justicia y a la paz».
«Entre los derechos humanos fundamentales, también para la vida pacífica de los pueblos, está el de la libertad religiosa de las personas y las comunidades. En este momento histórico, es cada vez más importante que este derecho sea promovido no sólo desde un punto de vista negativo, como libertad frente –por ejemplo, frente a obligaciones o constricciones de la libertad de elegir la propia religión–, sino también desde un punto de vista positivo, en sus varias articulaciones, como libertad de, por ejemplo, testimoniar la propia religión, anunciar y comunicar su enseñanza, organizar actividades educativas, benéficas o asistenciales que permitan aplicar los preceptos religiosos, ser y actuar como organismos sociales, estructurados según los principios doctrinales y los fines institucionales que les son propios».
     «Uno de los derechos y deberes sociales más amenazados actualmente es el derecho al trabajo. Esto se debe a que, cada vez más, el trabajo y el justo reconocimiento del estatuto jurídico de los trabajadores no están adecuadamente valorizados, porque el desarrollo económico se hace depender sobre todo de la absoluta libertad de los mercados. El trabajo es considerado una mera variable dependiente de los mecanismos económicos y financieros».  
     «La condición previa para la realización de este ambicioso proyecto –añadió– es una renovada consideración del trabajo, basada en los principios éticos y valores espirituales, que robustezca la concepción del mismo como bien fundamental para la persona, la familia y la sociedad. A este bien corresponde un deber y un derecho que exigen nuevas y valientes políticas de trabajo para todos».
     «La paz no es un sueño, no es una utopía: la paz es posible».
     «Para descubrir una realidad positiva que existe en nuestros corazones, porque todo hombre ha sido creado a imagen de Dios y llamado a crecer, contribuyendo a la construcción de un mundo nuevo».

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